Oct 22, 2020
Palabras Mayores
Disciplinado, persistente y sagaz cuando se propone algo, así es Don Juan Vega Monroy quien no duda en moverse, entrevistarse y conseguir las audiencias que sean necesarias para hacer que las cosas sucedan, para conseguir el bienestar de su pueblo; Cañada de Cisneros. Hijo de campesinos, aprendió el valor de la vida cuando su padre (Don Marcelino Vega) le subió a un burro y le enseñó el oficio del arriero. Desde entonces aprendió la importancia de crear comunidad y trabajar en sana convivencia para consolidar el legar individual, en su comunidad.
“Cuando estudiaba el cuarto grado de primaria, -en el edificio que hoy conocemos como la delegación de Cañadas- el Profesor Armando Pérez me utilizó como ejemplo, para explicar la sagacidad, inteligencia y liderazgo de los reyes poderosos que existieron en la historia. Sumado a eso y mis dotes de deportista y agilidad metal, mis compañeros comenzaron a conocerme como Juan Vega “El poderoso””. Hijo de+ Tía María, el joven Juan fue el mayor de los varones, en una de las familias integradas por familias originarias de Tepotzotlán. De mi madre –afirma el entrevistado- aprendí la importancia de la sana convivencia y el compromiso para con la comunidad, puesto que ella, se dedicó por años a rezar y a acompañar en la iglesia del pueblo. Hoy día es recordada por su sencillez y solidaridad en la comunidad.
“Una de las mayores satisfacciones para mí se encuentra en mi gente; mi pueblo confía y confió en mí. Me nombraron su representante. Entre las acciones que realicé como representante fue el trabajo para volver funcional la Red de Agua Potable de la comunidad. En ese momento les deje en claro que sí me apoyaban para trabajar, con gusto lo hacía. De no ser así, realizaba una asamblea y daba las gracias, se buscaba resolver obras, no postergar las acciones que otras administraciones dejaron pendientes”. Afirma el padre de familia y esposo, que se ha distinguido por inculcar en su descendencia el compromiso social y la acción de sus palabras. A más de 30 años de sus colaboraciones con la comunidad. Sus hijas –principalmente- se han distinguido participar en puestos públicos en la delegación y en los comités parroquiales. Además de estar involucrados en las decisiones activas de Cañada de Cisneros.
“Entre mis anécdotas para conseguir la asesoría y así poder cumplir con el compromiso de la Red de Agua Potable en todo el pueblo. Ingresé a una reunión con el gobernador del Estado de México, con campesinos de Jaltenco. Al terminar de exponer sus motivos, se retiraron y me quedé en el fondo de la mesa, al verme el Gobernador Alfredo del Mazo (padre), se levantó impresionado y mientras llamaba a sus elementos de seguridad, me preguntó quién era y porqué me había metido al Palacio de Gobierno sin autorización, sin tener una audiencia. Yo le dije sin dudar y sin que me temblara la voz -“Tengo sed, vengo de Tepotzotlán, y quiero que nos asesore con la instalación de la red de agua potable que lleva seis años en proceso y no se ha avanzado”- El afirmó que se cumpliría el cometido, pero que él personalmente inaugurara la obra. Así personal de la CAEM nos asesoró y en menos de 3 meses, el agua llegó al principal depósito de agua en el Barrio de San Bartolo”. Afirma el también trabajador de la Junta Local de Caminos, quien además en cada oportunidad que tuvo, apoyo a los diferentes Ayuntamientos Municipales para conseguir un mantenimiento adecuado en los caminos del municipio y así evitar afectaciones futuras.
“La satisfacción está en ser servidor de la comunidad, apoyar a todos sin distinción alguna. Conseguir una clave de la Escuela Secundaría Federal, implicó en su momento un gran logro. Fue dedicar días completos de trabajo y gestiones, en muchas de ellas me acompañaron jefas de familia, personas interesadas en un mejor futuro para sus hijos y su descendencia. Llegó un momento en que a las 23:00 horas obtuvimos el dictamen aprobatorio, en el que fue autorizada la matricula gestionada de la mano con el entonces Diputado Federal Guillermo Vargas Alarcón”. Afirma el hombre que rechazó una regiduría en más de una ocasión, debido a trabajar en la Junta Local de Caminos como servidor público del Estado de México.
“Lo único que me falta en la vida, es celebrar mis 50 años de casado con mi mujer María del Rosario Barreto de Vega, quien me ha acompañado de forma directa o indirectamente en las acciones que he realizado. Creo en la importancia del apoyo recibido por mi mujer, para poder cumplir con los compromisos que en su momento adquirí y ahora quedan en la historia de una comunidad”. Concluye Juan Vega Monroy quien es conocido en la comarca como “El poderoso”.