Jul 13, 2019
Temporada de Fiestas Patronales
Por Alberto Vega [Albar Says] para www.tepotzotlanpueblomagico.org
Capula es uno de los cuatro barrios que conforman la cabecera municipal, su nombre proviene del vocablo náhuatl que quiere decir “tierra de capulines”, además se encuentra en su ejido el cerro del Jorobado, mismo que aparece en el glifo de Tepotzotlán. De manera que desde épocas virreinales, el barrio se observó cercano a la tradición católica, originalmente el Señor del Nicho (Cristo crucificado expuesto y venerado en la cabecera municipal en el mes de septiembre), fue traído para ser venerado en el Barrio y proteger a la región de las epidemias. Desafortunadamente no se contaba con una capilla y fue expuesto para veneración en una capilla lateral del templo de San Pedro.
En la mitad del siglo XIX el barrio se dio a la tarea de construir una diminuta capilla en la cual elevar plegarias a la Madre de Dios. Dicha capilla aún se puede apreciar sobre la carretera Puente grande villa del carbón. Su interior se encuentra ornamentada en un estilo neoclásico y ha vivido restauraciones, después de sufrir un gran abandono.
Bajo la advocación de Refugio de los Pecadores, la población comenzó a celebrar a Nuestra Señora del Refugio, misma que en 1719 fue coronada por el Papa Clemente XI y difundida por Franciscanos y Jesuitas en América. Advocación llegó por los religiosos de la Compañía de Jesús, desde antes de su coronación, cuenta la historia que en el nicho principal de la capilla de novicios en el Ex Colegio Noviciado de San Francisco Javier( hoy Museo Nacional del Virreinato), se encontraba una imagen para vestir de la misma advocación mariana. Quizá la ferviente devoción fue heredada por la Compañía de Jesús, puesto que también en Capula aparece en las crónicas que en la pequeña capilla se realizaban ritos en el siglo XX parecidos a los elevados a La Virgen de Loreto en el Siglo XVIII en Tepotzotlán. Tales como enjoyarla, invocar su protección y pasar por detrás del retablo principal, ser limpiada y venerada por la comunidad de una forma cercana al pueblo en víspera de su fiesta.
Un siglo después (en 1970), nuevamente la comunidad se dio a la tarea de edificar un templo de mayores dimensiones, tanto que fue propuesto para ser incorporado al Seminario Diocesano de Cuautitlán y así Tepotzotlán contribuyera en la formación de los nuevos clérigos.
Año con año, Capula se engalana con pirotecnia, cohetes, banda y bailes tradicionales. En ellos exaltan el folclor mexicano, es promovida la sana convivencia entre los vecinos del barrio y se disfruta de un ambiente familiar. Días previos al cuatro de julio, por la mañana y por la tarde, las campanas pregonan la fiesta, las misas y los tradicionales rosarios son acompañados con una imagen de bulto en un anda que recorre las calles y casas de la comunidad.
En el 2019, el domingo siete de julio se observaron la instalación de puestos de pan, juegos mecánicos, también se disfrutó de la tradición verbena popular, a la que toda la comunidad apoya y colabora para recaudar fondos para las necesidades parroquiales, además la restauración de la capilla del siglo XIX que hoy forma parte de los bienes de la nación y de la diócesis.
Otra de las expresiones populares propias de Capula, es la tradicional muñeca. Elaborada con carrizos, faldas folclóricas y asemejando a una giganta, el domingo por la tarde en las calles se observa desfilar a la mujer colosal que suele ir acompañada de banda, un burro que carga pulque y es compartido entre los asistentes. Las familias responsables acompañan y entregan a la verbena para ambientar el día de fiesta.
Por la noche del siete de julio, el cielo se iluminó al ritmo de “El Huapango de Moncayo”, los piro musicales fueron colocados sobre la diminuta capilla y dieron al descubierto la creatividad humana y el esplendor de la pirotecnia traída desde Tultepec. Es así como un pequeño barrio, se prepara, vive y disfruta la convivencia que le ha distinguido por año y deja observable la forma en que un pueblo conserva sus tradiciones.