Creer, sentir y vivir

Apr 9, 2018

Viacrucis viviente en Santa Cruz Tepotzotlán

Memorial de un camino doloroso

Por Juan Alberto Vega [Albar Says] para www.tepotzotlanpueblomagico.org

"Para que no se deslicen de ese soporte natural, dos clavos los mantienen, profundamente clavados. Por la expresión del rostro, que es de inspirado sufrimiento, y por la dirección de la mirada, erguida hacia lo alto, debe de ser el Buen Ladrón. … Triste semblante, sólo pueden ser los de José de Arimatea, dado que Simón de Cirene, sin duda otra hipótesis posible, tras el trabajo al que le habían forzado, ayudando al condenado en el transporte del patíbulo, conforme al protocolo de estas ejecuciones, volvió a su vida normal, mucho más preocupado por las consecuencias que el retraso tendría para un negocio que había aplazado que con las mortales aflicciones del infeliz a quien iban a crucificar. No obstante, este José de Arimatea es aquel bondadoso y acaudalado personaje que ofreció la ayuda de una tumba suya para que en ella fuera depositado aquel cuerpo principal, pero esta generosidad no va a servirle de mucho a la hora de las canonizaciones, ni siquiera de las beatificaciones,… a diferencia de la mujer que aquí vemos en un plano próximo, de cabello suelto sobre la espalda curva y doblada, pero tocada con la gloria suprema de una aureola, en su caso recortada como si fuera un bordado doméstico. Sin duda la mujer arrodillada se llama María…" [Fragmento tomando del primer capítulo del “El evangelio Según Jesucristo”.] José Saramago.  

Nueve de la mañana, viernes 30 de mazo del 2018. El pueblo de Santa Cruz Tepotzotlán se reúne en el kiosco, tal como lo hacen todos los años, dan vida a la pasión y muerte de Jesucristo, jóvenes de la comunidad se han preparado por más de un mes, se han aprendido diálogos y han realizado actividad física para poder dar vida a la tradición del viacrucis viviente. Las calles del pueblo han sido barridas desde temprano, muchas de ellas fueron adornadas con el color morado, símbolo de la pasión, de la transmutación del alma. Otras de color rojo, como evidencia de la sangre del cordero (Cristo), acto sinóptico de la pascua judía, en la que se marcaban los dinteles con la sangre el que es descrito en el libro del Éxodo como “El Cordero de la Pascua debe ser perfecto, sin defecto o falta de cualquier tipo”. Por la noche, el pueblo permaneció sumergido en un silencio sepulcral, sin ruido en sus calles empedradas y todas iluminadas por la luna, que como todos los años, para la celebración de la pascua debe de ser la primera luna llena, después del equinoccio de primavera.

En el Kiosco comienza la representación del juicio de Jesús, el ser presentado y juzgado por Herodes Antipas, Hijo de Herodes el Grande, el mismo que manda realizar la matanza de los Inocentes en las cercanías de Belén. Es ahora a su hijo, al que le corresponde juzgar y dictar sentencia, 33 años después de la aparición de la estrella y la llegada de los Reyes del Oriente. Por su parte Herodes quién ya había escuchado sobre los prodigios del galileo, solicita que realice un milagro, como la conversión del agua en vino, tal cual lo hizo en las Bodas de Canaán. Jesús permanece en silencio y es entregado a Poncio Pilato, representante del gobierno Romano en Galilea.

 

 

Pilatos, pese a ser conocido por su carácter rudo y ecuestre, profesaba respeto por Jesús, tal como lo relatan los evangelios. Este quería dejar en libertad a Cristo, pero los sumos sacerdotes y miembros del sanedrín lo manipularon para que dictara una sentencia de muerte a galileo. Este primero le hace azotar como a manera de escarmiento y cuando toca el turno de dictar sentencia, se lava las manos de la muerte de Cristo, a manera de respeto que profesaba ante un justo e inocente.

 

El recorrido comienza cuando a las afueras de la iglesia y ha de concluir en el ejido del pueblo. Le entregan la cruz, toma el rumbo que da vida al monte de nombre Gólgota que en hebrero quiere decir, de la Calavera, ubicado a las afueras de Nazaret. En el camino el galileo ha de caer tres veces, evidencia de la fragilidad humana, también se ha de encontrar con su madre, la Virgen María. Misma que recibió el anuncio del ángel, la que le cargo en sus brazos y presentó a los pastores, aquella que lo presentó al templo y fue ahí donde el profeta Simeón le anunció que una espada le atravesaría el alma.

Un joven da vida al centurión romano, aquel que al ver que Xto desfallecía, en un acto de que de que el acusado no muriera antes del suplicio,  solicita a un hombre que visitaba la ciudad y era originario de Cirene que cargue la cruz del sentenciado, a este hombre la historia lo conocerá como Simón el Cirineo, dicho acto es entendido como responsabilidad más que como piedad. Es en esta estación del viacrucis que el recorrido comienza a salir de la comunidad de Santa Cruz y se adentra en el ejido, se observan huizaches, nopales y magueyes, lo que da un ambiente de soledad y le permite remembrar lo acontecido en Nazaret.

En el camino Jesús se encuentra con las piadosas mujeres, aquellas que le siguieron por toda galilea, mismas que en acto de defenderlo, son consoladas por él, para este cuadro las jóvenes de la comunidad usan velos y túnicas elaboradas con satín de colores claros, símbolo de pureza y dulzura. De igual forma se encuentra con una mujer que no aparece en los evangelios, pero que la tradición la honra bajo el nombre de Verónica, que quiere decir “Verdadero rostro”. Esta mujer que en un acto de piedad y humildad limpia el rostro de Cristo y este deja impregnada su faz, para este momento la joven que da vida a este personaje se prepara con gallardía y enjuga el rostro en un paño previamente pintado o bordado.  

Dentro de los evangelios apócrifos se narra cómo los arboles al ser testigos de la pasión y muerte del hijo de Dios, comienzan a vivir una gran tristeza y comienzan a llorar, según estos libros es así como aparecen los sauces llorones. Son muchos los relatos sobre la crucifixión y muerte de Jesús, en cuatro evangelios dentro de la biblia se relata lo más trascendental, pero en otros conocidos como libros o evangelios apócrifos, se relatan pasajes llenos de imaginación o elocuencia, por ello es que al consolidar la biblia quedaron descartados. Sin embargo, los artistas del medievo y del barroco se nutrieron de estos elementos, por ello es que se observan estos relatos representados en el arte.

 

Al llegar al calvario, el que da vida a Cristo, es despojado de sus vestiduras, los soldados tiran suertes mientras los hombres de la comunidad apoyan a elevar las cruces, muchos de ellos, también participaron durante su juventud en la representación, por ello conocen el esfuerzo de los jóvenes, al mismo tiempo forma parte de seguir su participación activa y directa. Uno a uno, los ladrones son colocados en las alturas, por último Cristo. Con parsimonia se va pronunciando el discurso de las siete palabras y al decir cada una, una misionera toma el micrófono y explica el cómo deben de ser interpretadas estas palabras, de acuerdo a la tradición teológica.  Al representar la expiración, el joven que da vida a Jesús es descendido de la cruz, la comunidad guarda silencio y se retira a sus casas, esperan participar por la tarde en los ritos correspondientes así como acompañar a la Virgen en la procesión del Silencio.

 

 

 

 

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