Nov 5, 2016
Xochitla, vivió una noche inigualable
Para cualquier lugar en que se volteaba se observaban elementos del sincretismo, de las tradiciones y detalles en que se representa a la muerte, es así como esta volvía a la vida. Al ser un parque ecológico que siempre se distingue por el cuidado en sus espacios, por las flores que le adornan de acuerdo a la temporada, al tener sus jardines vivos y en las mejores condiciones, fue una escenografía natural para esta noche en que los muertos volvieron a la vida, en que cada uno de los espacios tuvo un porqué de ser y sobre todo por su rastreo artístico-cultural que se robó los recuerdos de los asistentes.
Desde que se ingresaba al parque se podría disfrutar de la temporada en honor a los muertos, una perspectiva que daba un contexto de ofrenda, de transmutación y sobre todo que hablaba sobre el cuidado en honor de la naturaleza, así como los ciclos de vida. El cempasúchil, flor que alude al dios del fuego eterno para los aztecas y este era visto como una luz que guiaba el camino de las almas. Esta flor se observaba en los pasillos, en las jardineras que adornaban el parque y dejaba disfrutar una ambientación propia del mes de octubre. Otro elemento que favoreció de forma natural, fue que las hojas que habían caído de los arboles decoraban los jardines, las ofrendas levantadas, de esta forma se disfrutaba cada espacio con una decoración autentica y elegante.
Desde temprano, las familias comenzaron a llegar al parque, con la perspectiva de disfrutar al máximo el día, mismo que prometía satisfacer en todos los aspectos; cultural, gournet, espectáculos, ambientación y preservación de las tradiciones. Fue una oportunidad perfecta para estrechar los lazos familiares, para la sana convivencia y sobre todo para disfrutar del sincretismo en el que actualmente se encuentra el día de muertos.
Por su parte los visitantes, portaban de una forma elegante las indumentarias que les identificaban y también que hablan sobre la perspectiva folclórica y cultural de México; catrinas, fridas y una que otra bruja o zombi. Cabe destacar que estos últimos como parte de la convocatoria para remembrar la década de los ochentas y el tradicional baile de “Thriller” de Michael Jackson, esta convocatoria que se ha vuelto una tradición en el parque y que sigue viva, vigente para las diversas generaciones.
Todos los asistentes en la plena disposición de disfrutar la tarde, con cada una de las actividades preparadas para así honrar a la vida, pero sobre todo a la muerte. Por la tarde la el escenario mostro la vida y obra de “Juan sin miedo” o conocido en la perspectiva religiosa como; San Juan de Dios, patrono de los coheteros y del pueblo de Tultepec, Estado de México. Misma población que en esta ocasión trabajo de la mano con Xochitla para preparar los diferentes espectáculos.
Al caer la noche, los cuerpos danzaron emergentes de las sombras; primero los principales invitados a Xochitla, familias y asistentes del festival disfrutaron a la par de los pasos de Michael Jackson. Inmediatamente que concluyo la muestra, los catrines, mismos que fueron los maestros de ceremonia en todo el festival, dieron pasó al espectáculo principal que dio una muestra contemporánea de; identidad, folclor y tradiciones nacionales.
En el espectáculo principal se observaron diferentes estampas de los estados de México, sus trajes típicos, así como un sincretismo con perspectivas contemporáneas de danza. Sin embargo, al mismo tiempo que el espectáculo principal se efectuó, el panteón Xochitla tomó vida. Las principales leyendas de México; la llorona, la marimonda, el callejón del beso, entre otras más, tomaron vida y volvieron a interpretar en Xochitla el porqué de ser esas almas en pena.
Por último Xochitla abrió el espacio, para mostrar a danzantes con atuendos de calaveras e incluso fogatas para aquellos que eligieran acampar en sus inmediaciones.
Es así como el parque Xochitla festejo a la muerte, las tradiciones y la vida fue parte de un contexto y sincretismo para el mexicano, así como, la cosmogonía de la fe después de la muerte. Es por ello que Xochitla año con año abre sus puertas en estas fechas a los fieles difuntos, las almas en pena y las tradiciones mexicanas que siempre tienen algo que contar.