Mar 30, 2015
Arcadia y su grupo Colibrí conquistaron a los presentes, no faltaron los que quisieron bailar.
Por Juan Alberto Vega Barreto [Albar Says] para www.Tepotzotlánpueblomagico.org
Este domingo 29 de marzo de 2015 concluyo el festival de trova en el Museo Nacional de Virreinato. Arcadia y su grupo colibrí fue el acorde adecuado para concluir el festejo y dejar la promesa de regreso para el próximo año. A las 13 horas el grupo se presentó en la Plazoleta del acueducto, por aproximadamente 1 hora lograron que un público bailara, que también riera y que no faltaran los aplausos y admiraciones.
En el mes de marzo se alegraron los domingos en la plazoleta del acueducto para realizar un homenaje a la música latinoamericana. El Sexto Festival de Trova fue un momento para unir a las raíces con el árbol, la oportunidad de que el placer que ejerce el vivir la música, el que la voz se convine con los instrumentos y conocer la creatividad nacional para unir su voz; en protesta, en alegría, amor y alguno que otro desamor, a la tierra, a los profesores que han partido, las voces virtuosas, la creatividad y sobre todo al sabor de identidad que emana de los instrumentos.
El quinto concierto fue la fusión de los otros cuatro; en esta ocasión Arcadia y el grupo colibrí sorprendió con una actuación, presentación y alegría que cautivó a los asistentes. Con canciones propias y algunas en tributo a las grandes danzonearas, algunos maestros del instrumento y a las composiciones que han robado los suspiros a diferentes generaciones.
Con gran efusividad compartieron las canciones; fue una fiesta que despunto desde el inicio, en los diferentes momentos en que el danzón y el son conquisto a las personas que se encontraban en la plazoleta. Niños, adultos, solos o acompañados, con pareja o con alguna amiga, moviendo las manos o con el ritmo en el cuerpo, todos quisieron participar en el cierre del festival y mostrar con agrado el momento que inmortalizó para demostrar que hay fiestas que deberían perdurar.
Al finalizar, los presentes no se cansaron de pedir otra y otra y otra, con júbilo; el grupo colibrí intento complacer a todos los que conocen su material y que corearon sus canciones. La fiesta concluyo, pero con la promesa de regresar pronto, de que en un año el público que se encuentra cautivado, que busca y le agrada escuchar esta clase de música regrese.
Con regodeo transcurrió el mes de marzo, el Sexto Festival de Trova conquisto un público que siempre sonrió, suspiro al impregnar de un bello significante a las canciones que se disfrutaron.
El canto latinoamericano fue el festejado, con impregnar a cada una de las raíces, siempre se logró que todos y cada uno de los conciertos los espacios fueran ocupados para que la identidad arraigara en los corazones.
Ahora únicamente queda la promesa de regresar el próximo mes de febrero y que con la misma fuerza que cada año, el próximo festival de trova atraiga a todos los interesados.