La magia de un lugar con magia: primavera

Juan Alberto Vega/ Albar Says

Parte de la magia de Tepotzotlán es el clima de la región. Con puntos a su favor y en su contra, se vuelve el pueblo mágico un lugar donde las maravillas de la naturaleza se manifiestan por insignificantes que parezcan, invita a todo aquel que le conoce a disfrutar de los atractivos que puede llegar a albergar el lugar con su clima.

Ubicado en la latitud 19, Tepotzotlán tiene un clima un tanto drástico y contradictorio, todo depende el ángulo con el que se observe y se quiera participar. Es un lugar donde convergen las diversas estaciones de año, territorio donde predomina el templado, pero los cerros que tiene vuelven un lugar donde se puede disfrutar de ello.

Curioso es que en primavera el calor es el clima que predomina, son muy pocas las lluvias que caen en esta temporada y por ello se disfruta de un calor pasional. Entre el calor y el olor a provincia se disfruta de un ambiente muy placentero. Es una temporada en donde el simple hecho de salir cuando el sol se encuentra en el cenit; agota. Pero es un placer poder disfrutar del calor en una alberca como las que se encuentran en la parte alta de Tepotzotlán –San Miguel, Cañadas, Santiago-.

La primavera es una estación donde los rayos de sol queman, pero el poder colocarse el pie de un árbol o algún arroyo vivo –como los que se encuentran en el pueblo de San Miguel- es un placer que muy pocos disfrutan. El poder acostarse en algún pasto y sentir la brisa del aire pasar por nuestra piel, es una de las maravillas de la primavera en la región. Justamente cuando el sol se encuentra a punto de ponerse, al aire revela parte de su naturaleza creadora: esto debido a que tiene una temperatura adecuada para poder relajarse y sentir que el tiempo se detiene.

En primavera el ambiente se refresca por las mañanas, el sereno de la noche ocasiona que el día despierte sosegado. Esto se puede acompañar con un jugo de naranja para el desayuno y disfrutar observar subir el sol a su nivel máximo.

Quizá es porque se encuentra a 1300 metros sobre el nivel de mar, que Tepotzotlán tiene un clima tan característico. Puede ser también el que se encuentra ubicado en la cordillera de la Sierra o Valle de Tepotzotlán.

Podría decirse que es un placer poder compartir el clima con las maravillas naturales que ofrece. En esta temporada la vida reenverdece, aun que el paisaje es todavía árido en esta estación, vemos volver a la vida las bellas “flores de abril. Estas flores; son pequeñas, diminutas y coloridas, además de que tienen un aroma característico, una esencia dulce que refresca el ambiente. Surgen en abril con las pocas lluvias que refrescan el ambiente y tienen la virtud de ser flor por un día: “florecen hoy y mueren mañana”. Por esa fugacidad se vuelven un placer natural que se debe de vivir. Las vemos por los campos, a un costado de la carretera, incluso en algunos espacios públicos, los camotes de los cuales sale: están por todo Tepotzotlán.

Por las tardes del segundo trimestre del año los niños, jóvenes y todo aquel que lo disponga, aprovecha el clima cálido para volar papalotes, por el viento y la temperatura clima, ya que se presta de una forma interesante. La temperatura se presta para poder tener las mejores condiciones climatológicas y así tener algo que hacer por las tardes: volando papalotes ya sea hechos o comprado, pero lo importante es ver surcado el cielo por los diferentes diseños.

Pero después de la temporada de calor: en el mes de junio, cuando las lluvias comienzan a alborear y a refrescar, es en ese momento cuando los campos de cultivo vuelven a la vida. Los agricultores y ejidatarios del Pueblo Mágico preparan la siembra antes del 15 de junio, por ello es común en el mes de mayo, ver a hombres en los campos tirando semillas, preparando la milpa porque el temporal no perdona.

Entre las semillas que fructifican en Tepotzotlán son; maíz, frijol, aba, calabaza, chilacayote, cebada, avena y trigo. Los campos germinan antes de que llegue el verano y poder tener una estupenda cosecha. Y es así como la primavera da pie al verano, con la llegada de las abundantes lluvias.